La finalidad de este blog es intentar restablecer una de mis necesidades más insatisfechas. Estoy hablando de una necesidad que Maslow no incluyó en su pirámide pero que (al menos en mi caso) ocupa un lugar muy importante dentro de la jerarquía: se trata de hacer el tonto, decir tonterías y todas aquellas combinaciones que puedan hacerse entre un verbo y la palabra tonto y sus derivados, con la finalidad de liberar parte de mi inconsciente... y del tuyo, si quieres.




26 jul 2011

¡Sólo tienes que seguirme la corriente!




Una noche de verano, en un pequeño pueblo de Castellón, dos chicas universitarias se entretenían jugando con plastilina. Estaban concentradas, como si la vida les fuera en ello, y tan sólo intercambiaban palabras para hablar de sus progresos y/o resultados. Luego, claro, venían las risas (escandalosas en su mayoría).

Y no, ninguna de ellas se sentía ridícula (lo cual a estas alturas puede ser un problema) , sino todo lo contrario: les gustaba y se lo estaban pasando bien. Consiguieron incluso atraer a un tercer participante.


Curiosamente, esa misma noche una de ellas descubrió algo que la plastilina no podía enseñarles:

¡¡¡Es relativamente fácil pasar de comer mierda a presidente si sabes cómo jugar tus cartas!!!




2 comentarios:

  1. Qué certeza más cierta!!! :D
    A veces tenemos todos los ingredientes para hacer algo; solo hay que añadirlos en el orden correcto.

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